Aquel sonido vibrante
esa insólita fuerza,
mi corazón estalló entonces
y la sangre salió disparada
hacia mi cabeza,
como un río que arrastra
todo lo que encuentra.
No quedó nada después,
tan solo una pequeña
e insignificante gota,
cayó lentamente dentro de mi,
como cae el rocío,
rebotando en cada hoja,
para luego aterrizar sobre el pasto
y ser chupado por la tierra,
como cuando la ultima lágrima
corre lenta
y cae sobre un piso ya húmedo.
ESTOY DEMASIADO FELIZ! MUY MUY MUY FELIZ, ojalá dure para siempre, ojalá vuelva a hablar contigo.
9.7.10
Suscribirse a:
Entradas (Atom)