NOVIEMBRE
Paz salió de su casa a las 4:30 de la tarde, con sus baquetas, para las clases de batería. El semáforo estaba en verde, y ella esperó que se pusiera en rojo. Entonces apareció él, con sus libros titánicos en las manos y la seriedad que siempre lo había caracterizado. Subió a un colectivo y se fue. Ella se preguntó que había sido de su vida. Se rió porque nunca en su vida había cruzado palabras con él, y solo lo conocía porque habían estado en la misma academia de verano, pero en salones distintos. Cruzó y subió a un colectivo.
DICIEMBRE
Paz fue a recoger a Antonella de la universidad. Estaban ya a una cuadra de ésta, cuando Antonella se olvidó de pedirle sus libros a Javier, un compañero de ciclos superiores. Volvieron y Paz entró con ella a su universidad. Antonella, en contra de Paz, la obligó a subir corriendo las escaleras hasta la biblioteca. Paz la odió por hacer eso pero terminaron riéndose. Entraron primero a los baños. Antonella entró a un cubículo y Paz se quedó esperándola. Sacó un lipstick del bolsillo derecho de su jean y se lo pasó por los labios, mientras veía las paredes del baño. Estaba lleno de corazones flechados con diferentes nombres de mujeres, pero un sólo nombre de varón: Javier.
-¿Anto?
-Dime Pazi
-Javier debe ser un Adonis, ¿no?
-Jajajajajaja ¿por?
-Porque le han hecho un monumento en las paredes del baño.
-Ah, eso -le dijo mientras movía la llave del escusado- todas las chicas mueren por él, pero yo soy inmune a él.
-Jajajaja no te creo, conociéndote seguro quieres con él.
-Nada, enserio. Sabes que yo muero por Luis.
Salieron del baño y caminaron hacia la biblioteca. Paz miraba a los estudiantes enmochilados que caminaban en sentido contrario a ellas.
-Pero si quieres te lo presento a ti, Pazi.
Paz la miró confundida.
-¿A quién me vas a presentar?
-A Javier pues monga.
-Ah -se quedó pensando- no gracias, paso.
-Ay, no me digas que sigues zonza por Alberto.
-No es eso -le dijo mientras entraban a la biblioteca y Paz bajaba el volumen de su voz- no quiero nada con nadie, estoy bien así.
Antonella movió la cabeza y le señaló con la mano el sitio de Javier. Caminaron hasta una mesa larga. Javier estaba en la punta y muchas chicas en las demás sillas, distraídas de sus libros por el famoso Javier. Antonella lo saludó y le pidió sus libros. Paz se quedé viéndolo. No era el churro que se imaginaba, era un chico común y corriente. Antonella se lo presentó. Hola. Hola. Chau. Salieron de la biblioteca.
-¿Porque no le hablaste? -le preguntó Antonella
-Porque sus fans me estaban amenazando con la mirada. Además no me llama la atención.
Un semana después salieron a bailar un viernes en la noche, Paz y los amigos de la universidad de Antonella. Paz, poco habladora cuando se le daba la gana, se quedó sentada mientras todos bailaban.
-¿Quieres una cerveza? -le preguntó alguien. Ella volteó a ver quién era. Javier.
-No gracias, no bebo.
-¿No tomas alcohol?
-No me gusta la cerveza.
-Ah
Ambos se quedaron callados. Javier le ofreció un cigarrillo y ella lo aceptó. Fumaron en silencio mientras la música les tachonaba los oídos. Luego de varios minutos, sus amigos volvieron y estuvieron conversando. Antonella le codeaba a Paz pero ella le decía que no pasaba nada.
Llegaron unos chicos a su lugar y Javier se levantó a saludarlos. Eran sus amigos. Mientras les daba un apretón de manos y los presentaba, a Paz le llamó la atención uno de ellos. Le parecía conocido, pero no se acordaba de donde. Trataba de recordarlo mientras varios chicos besaban su mejilla y ella movía la boca diciendo hola. Entrecerraba los ojos. Él se acercó al fin, y mientras le besaba la mejilla lo recordó: el chico de la esquina del semáforo, con los libros titánicos. Se llamaba Daniel. Paz le sonrió. Bailaron toda la noche. Bebieron y fumaron hasta las 4 de la mañana. La llevó a su casa. Le pidió el celular.
ENERO
Año nuevo juntos. Paz se moría porque él se le mandara, pero no lo hacía.
El 4 vieron una película juntos. Agarraron mientras él le bajaba el cierre de la casaca. Se acariciaron, pero no llegaron a más.
A la semana Paz se enteró que Daniel tenía enamorada en otra ciudad. Casi muere. Tomó en su casa hasta morir. Sus papás le preguntaban que tenía, pero ella solo lloraba. Rompió el celular, casi se rompe ella. Daniel la fue buscar ese mismo día. Se limpió las lágrimas del rostro, se puso una casaca decente y salió. Le reclamó, lo golpeo, lloró y lo abrazó. Daniel le dijo que justo había terminado con su enamorada para estar con ella. 'Jódete' fue lo único que le dijo Paz y lo botó de su casa.
FEBRERO
Paz volvió a salir de su casa para las clases de batería. El semáforo estaba en rojo y pudo cruzar. Estaba esperando el colectivo y apareció Daniel. Se miraron. Ella le dijo hola con su mano y se subió al colectivo.