Hoy en el micro me puse a reflexionar ¿Qué estoy haciendo con mi vida? Y no, no es una reflexión emo, simplemente es que la próxima semana cumplo 20 años. 20 años. 20 años. Es como si resonara en mi cabeza constantemente, como un eco.
¿Por qué? Porque no sé si soy feliz con lo que hago. No sé si lo que hago está bien y me hace feliz. Así de simple. Y re-evaluando de nuevo mi vida, mientras estaba tirada en mi cama, vi toda la torre de libros (corrección: fotocopias de libros) en mi escritorio que tenía que leer. Sí, este ciclo lo he dejado todo para el último momento. ¿Por qué será? De pronto se me ocurrió que lo mío era antropología. Me gusta, me gusta mucho. También me gusta la historia, y la poesía, y dormir también. Ese a sido mi dilema desde que me di cuenta que la universidad en donde estudio es una mierda (corrección: mi facultad es una mierda). No sé, quizá sea un poco mezquina, pero no fue lo que yo creía que iba a ser. Quizá yo me imagina eminencias (que sí las hay), pero me choqué contra la pared de la peor manera. Así que decidí decirme "ya qué chucha, estudia nomás". Pero sí, soy muy mezquina. Yo a veces soy muy floja, y he tenido suerte o no sé qué, que de alguna forma me va bien en la universidad. Y en fin.
A veces me pregunto de qué voy a vivir. Y como historiadora, millonaria no voy a ser. Me conformo con un lugar en donde vivir, un trabajo en el que no me quite mucho tiempo para poder leer e investigar, y además que me paguen bien. Pero también falta el novio poeta y un gatito. Y después me digo que terminaré en un archivo o de profesora en la universidad, y no, no es lo que yo quiero. Y entonces me pongo a leer, pero fácil me aburro con teoría social (sí pues, soy bien dura para teoría) y termino leyendo alguna que otra cosa. Mi manía por estos días es re-leer a Montalbetti y a Calvo. Qué distintos. A Montalbetti porque me encanta, y a Calvo porque me encanta también y porque me recuerda a alguien a quien apenas saludo en clase.
Y también soy humana y cobarde. Y he pensado también en tirar la toalla y dejar todo. Y es que una de las cosas que más extraño desde que me vine a vivir a Lima fue a mis papás. Aunque vienen con regularidad, yo los extraño un huevo. Quizá dos o tres. Y a mi hermana, y en general a todo lo que dejé allá. Quizá la tranquilidad de poder salir hasta las mil quinientas sin preocuparte mucho.
Y en fin, son muchas, muchas cosas que he pensado y que son difíciles de explicar y de decir. Yo no sé qué he hecho en estos largos casi 20 años.
1 comentario:
una reflexion muy buena, me quedare con ella todo lo que resta del dia =S
Publicar un comentario