23.4.09

Daniel...

Un loco como tantos, un loco de tan solo 12 años.
Daniel tiene ojos claros, cabellos rizados y rubios como el sol. Usa lentes, vidrios transparentes y montura negra. Su cara, parece tallada por ángeles. Siempre anda solo en el recreo o conversando con la señora Cristina, la auxiliar. Su postura es rara, media inclinada y con las manos juntas. Tiene una mirada penetrante y a veces terrorífica. Apenas está en primero de secundaria, y mis amigas y yo, decimos que tiene futuro. Hoy, 23 de abril, ya sabíamos que este año no tendríamos paseo de antorchas, porque la promoción anterior se había gastado más de mil soles en la suya. La madre decía que era mucho gasto. No entiendo, se supone que es un colegio particular, pero que haremos, hay que obedecer a la madre.
Estaba sentada en las gradas del campo, en el recreo. Cecilia me señala algo.
- Mira, el chiquito está hablando con la madre - me dice Cecilia
Yo no le contesté, y solo miré. Era obvio que estaban hablando de algo. Daniel, de pronto, bajó la cabeza y la madre le levantó la cabeza con sus manos.
Me distraje y luego lo vimos hablando con el profesor Aguilar. Fui a botar la envoltura de Frugos al tacho y luego escuché, por parte de otras personas, la conversación.
(Conversación de Daniel con la madre, según unas alumnas de cuarto año)

- Yo quiero mi antorcha y nadie me hace caso
- ...
- Nadie me escucha, andie me hace caso. Yo quiero mi antorcha, yo quiero mi antorcha.

(Conversación con el profesor Aguilar)

- Ya le dije a la madre y no me hace caso
- Pero...
- Yo le he dicho que quiero mi antorcha y no quiere
- Ya pero, es mejor que no le digas a nadie
- Pero..

Tal vez creean que es una estupidez lo que dijo, pero si ubieran visto su reacción, su lo conocieran dirían otra cosa.

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